domingo, noviembre 20, 2005

Pena...

El sábado pasado asistí al taller legal para bloggers y pensaba escribir algo al respecto esa noche, pero tuve que postergarlo. Hoy se cumple una semana del fallecimiento de mi abuelo, mi primer vínculo directo con el periodismo, y todavía duele... es más, me atrevo a decir que duele más que ayer.
Mi abuelo era un 'gallo choro', siendo un niño perdió un brazo y aún así salió adelante, dejó sus estudios de derecho y se dedicó al periodismo en tiempos en los que no había facultades y la escuela era la calle.
Tuvo cinco hijos a los que nunca les faltó nada. Trabajó en radio y en diarios.
Las imágenes que tengo de mi niñez en la casa de mis abuelos son las de mi abuelo sentado en su sillón de mimbre, después del desayuno, leyendo 'El Mercurio' y mi abuelo saliendo a reportear (y mi abuela sintonizando la radio para escucharlo mientras cocinaba)... también los viajes al centro para visitarlo en 'La Nación'.
Cuando mi abuelo llegaba nos llamaba -a los nietos- a su pieza y compartíamos dulces y chocolates, a escondidas de mi abuela. Con nosotros él era un niño más.
Infartos, neumonías, el cigarro y la vida bohemia de los periodistas de antaño fueron mermando sus capacidades y pasó sus últimos años en una casa de reposo donde las enfermeras lo cuidaron como si fuesen sus hijas y donde estuvo rodeado de hijos y nietos, siempre... los propios y los ajenos.
Un par de años antes tuve la oportunidad de llevarlos -a él y mi abuela- al almuerzo de fin de año de la Corporación Agustín Edwards Mc Clure, que agrupa a los ex empleados de 'El Mercurio'. Al día siguiente tenía examen así que acordamos que yo los esperaría en el auto, pero terminada la misa se acercó un señor al auto y me pidió que los acompañara. Dejé la Constitución de lado y acepté, era una interesante oportunidad para alguien que había decidido estudiar periodismo.
Las imágenes con la emoción se tornan difusas: las mesas en el jardín, don Agustín Edwards, mi abuela vestida hermosa como una reina, mi abuelo radiante y la gente que se acercaba a saludarlo... él orgulloso les presentaba su nieta mayor, esa que había decidido ser periodista como él y, espontáneamente, surgían las anécdotas... la más recurrente: a don Hugo nunca se le corrigió ni una sola coma, no era necesario. Ojalá llegues a ser como él.
Hoy ya no está y esa frase tiene más sentido, es un emplazamiento que espero poder cumplir. Pienso en esto y la pena se va.
Descansa en paz.

4 Comments:

At 4:48 p. m., Blogger Barbaroja said...

Lamento la muerte de tu abuelo,Alejandra. Por lo cuentas debe haber sido una gran persona. Mucha fuerza y ánimo que la vida es bella.

Saludos,

 
At 9:56 p. m., Blogger Pedro Pablo said...

Ale:

muchas gracias por tus palabras, no había podido contestarlas.

Que te puedo decir por tu pérdida..ahora más que nadie comprendo que un silencio cómplice y de apoyo es lo mejor ;)

Muchos saludos, pedro Pablo..

PD1. nos estaremos leyendo, ya? te voy a poner en mis links

 
At 3:26 p. m., Blogger Pedro Pablo said...

yapus ale, ahora tení q echar pa arriba y escribir algo pa poder seguir posteandote :D

saludos, PP

 
At 12:26 p. m., Blogger Barbaroja said...

Estoy de acuerdo con Pedro Pablo... hay que mirar para adelante y seguir escribiendo.

Saludos!

 

Publicar un comentario

<< Home